miércoles, 8 de febrero de 2012


SEMBLANZA



Desde su infancia ya marcó una fuerte personalidad que a día de hoy se verifica gracias al alcance de tantos logros. Aprendió a convivir con el riesgo, ya con solo diecisiete años empezó a trabajar para valerse por sí misma cuanto antes y rechazó la posibilidad que tenía al alcance de terminar los estudios.

Mujer clara, media estatura y un rostro guapo. La idea de romper con todos los esquemas la avivó y comenzó su proyecto de vida. Siempre tuvo muy claro el concepto de trabajo. Amable, cercana, libre y fiel a su reflejo. La lucha continua marcó la fortaleza que hoy se ve reflejada en sus ojos color miel y sus palabras. El divorcio le causó una nueva experiencia que gracias a su entereza consiguió que sus hijos aceptaran el abandono de su padre. Su pasión por sus hijos hizo que no existiera cansancio ante el trabajo y que éstos no conocieran carencias ni dolor hasta que llegaran a ser adultos y lo experimentaran por sí mismos.

En medio de sus múltiples actividades aún tenía tiempo para dedicarse a sus aficiones, la pintura y las labores, demostrando su talento.

Le encanta los retos, experimentar, aconsejar, dibujarse sueños y cumplirlos.

El encuentro con otro hombre relajó la expresión de su cara marcada por la preocupación. En situaciones extremas hizo gala de una enorme fuerza de capacidad y voluntad. Sus seres más cercanos la definen como una mujer profundamente humana y sencilla. Posee una gran sensibilidad y arte para entenderlo todo. Supo transmitir una serie de valores cuyos beneficios se multiplican en la actualidad

Sueña con vivir su etapa de jubilada en un pueblecito de la sierra, pero siempre cerca de los suyos.

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