lunes, 16 de enero de 2012

Breve enciclopedia de allegados (I)

Me pierdo la clase del 17 de enero por una buena causa: me invitan a un concierto. Disfrutad mucho.

Aquí paso a añadir 2 semblanzas breves de mi hijo el pequeño y mi mujer.

AleX

Inclinado hacia el papel me muestra su perfil al contraluz, mientras termina un poema único de niño grande. Lo lee esperando aprobación y, al mismo tiempo, crítica. Es un mago que convierte cada encuentro en fiesta, pues domina como nadie la escena y la palabra para que todos rían. Lo hace siempre para sentirse querido con esa ternura que te desarma sin darte apenas cuenta.

Como su corazón, su cuerpo, adolescente todavía, cambia, crece y se altera, convertido en el reloj biológico que marcará mi decadencia cuando sea él quien me aconseje el camino.

Le quiero y él lo sabe, aunque le encante discutir y provocarme.

Su vida es, para mí, un gran regalo.

MaríA

Suave como el aire y firme como un viento fuerte. Siempre tumbada entre el cielo y el mar, como la línea del horizonte; siempre llena de paz para poder amar sin ataduras.

Intento mirar hacia otro lado, pero su rostro irrepetible me devuelve a la dirección de su mirada.

Su risa no cesa de recordarme quién es el faro de mi aventura, quien me ilumina a la distancia justa para que me sienta libre y necesite volver de nuevo a la orilla de sus manos.

Subrayas la inutilidad de la prisa con el ritmo de tu corazón de luna y confundes a los necios que se cruzan en tu camino; lo sé por experiencia pues fui uno de ellos.

La quiero y ella lo sabe, aunque prefiere conseguir mi cariño sin parecer que lo pide.

Su vida es, para mí, el mayor regalo.

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